COMPROMISO - EL HAMBRE MAS PROFUNDO - VILLA QUINTEROS

Esta pagina fue creada para juntar voluntades dispuestas a combatir contra el peor flagelo de esta era: el Hambre físico, espiritual y de Justicia

jueves, julio 24, 2003

Finalmente, hoy, gracias a Dios, puedo dar otra gran noticia:
La Asociación Civil del Personal Superior del Banco de la Provincia de Buenos Aires (ACIPESU), donó para la Olla Popular de Villa Quinteros, 1400 pesos en alimentos.
Esto está desglosado de esta manera: 400 en leche en polvo, Nido y Vital.
1000 en alimentos de Alimentos Sarandí
Para que tengan idea de la dimensión de la donación y lo que significa les doy un ejemplo.
Considerando la bolsa de 30 porciones a un precio promedio de 9 pesos, nos da que con esos 1000 pesos se compraron mas de 3300 platos de comida...
Saquen sus propias cuentas de cuanta gente come. Consideren además que esas porciones son para adultos. Para un chico rinden un 50% mas...
Esta gente hace tiempo que está haciendo un esfuerzo enorme y ayudando a muchísima gente.
Esta vez, Dios los puso en el camino de Villa Quinteros.
Gracias Marta Méndez. Gracias ACIPESU. Nunca nos vamos a olvidar.
Gracias a la familia Vidmar que ofrecieron ayudarnos con una camioneta para trasladar la comida hasta la Sevillanita. No nos dieron los tiempos para aceptar la oferta, otra vez será. Pero gracias por el corazón.
Por otro lado, hay que destacar que esta vez La Sevillanita bonificó el 100% del envío gracias a la gestión del señor Juárez, por lo que lo único que pagamos fueron 12 pesos de flete, asi que lo que tenemos en este momento es: $700 de la Fundación Juancho Reale. Y 115 de lo que llamaremos "caja chica".
Por otro lado, les adelanto que en septiembre pensamos viajar a Villa Quinteros junto con Julio Centeno.
La idea es conocer el lugar, sacar fotos para elaborar una página web, tomar contacto con los directores de escuela, el cura del pueblo, autoridades etc... para ver de que otras maneras se puede colaborar.
El arquitecto Centeno se ha ofrecido para enseñar a levantar tabiques con elementos rudimentarios. Pero eso se los contaremos a la vuelta.

martes, julio 22, 2003

Hoy enviamos 50 pesos para comprar harina. La idea es, en este caso, evitar los gastos de envío, al ser la harina un producto muy barato con respecto al costo de mandarlo. Al transferirlo de mi cuenta a la cuenta de Néstor Santillán, ambas de la Red Link, el único gasto es el impuesto al débito bancario. Enviarlo por la Sevillanita nos costaría entre 20 y 25 pesos.
Esta harina servirá para hacer pan para el festejo del día del niño en agosto. Se consiguió que el panadero de allá no cobre el trabajo.
Todo indica que mañana se va a hacer efectiva una importante donación en alimentos.
De ser así, trataremos de enviarla a Villa Quinteros pasado mañana mismo.

sábado, julio 19, 2003

Hoy es un día de grandes noticias: ayer recibimos una donación de la Fundación Juancho Reale de $1.000. Agradezco la gestión invalorable de la familia Pernetta . En especial de mis amigos Roberto y Esteban.
Quiero destacar además el gesto del señor Andrés Reale, a quien no tengo el honor de conocer personalmente que en cuanto escuchó las necesidades de Villa Quinteros, y sin que se le pidiera nada, inmediatamente donó el importe mencionado.
Con 300 de esos 1000 pesos hoy compramos en el Mercado Central, 75 cajas de 800 gramos cada una de leche en polvo a 4 pesos por caja. Es decir que gastamos 300 pesos.
Hoy mismo los mandamos por la empresa "La Sevillanita". Los gastos de envío fueron 25 pesos que fueron sacados del fondo anterior, en el que quedan 177,50 pesos. La empresa nos hizo un descuento del 30% sobre el precio del envío. Agradecemos la gestión del señor Juarez y del señor Portela de "La Sevillanita".
Creo que pronto voy a poder darles una nueva buena noticia en cuanto a donaciones.
Como creo que la transparencia es un gran motivador para conseguir colaboraciones, voy a poner en esta página cada peso que entre o que salga. De todos modos, llevo paralelamente una planilla excel con estos datos. Y tengo en una carpeta cada factura. Desde ya que están ambas cosas a disposición de quien las quiera ver.

martes, julio 15, 2003

Otra donación de 100 pesos. Esta, sumado a lo anterior va a ser utilizado para pagar gastos de envío de algo que parece que va a ser bastante grande. y que debería concretarse en aproximadamente una semana.
Una vez concretada esta donación, hablaremos con la empresa La Sevillanita para poder mandarla gratuitamente o al menos con descuento importante. En caso de conseguirlo, el dinero se utilizará para comprar mas cosas. De lo contrario, servirá para los gastos.
Por favor, a los que tengan ropa (en especial calzado) no duden en llamarme para ir a buscarlo y enviarlo.

domingo, julio 13, 2003

Hoy recibimos una donación de 100 pesos de Keka y Minina. Esta plata será utilizada en parte para pagar gastos de envío ya que en los próximos días espero estar dando la buena noticia de recibir otras donaciones mas, esta vez en comida y ropa.
Poco a poco se va acercando gente que quiere participar en la medida de sus posibilidades. De hecho, mi sobrino Karl Philip me dio 0,45 euros "para los chicos". Cuando le conté que con eso estaba ayudando a que 4 chicos tengan una comida, entendió lo importante de su gesto.
En esta página voy a poner cada aporte que se haga. De hecho, aprovecho para agradecer a Dolores Guerrico que es quien me enseñó a escribir acá, y me dió un montón de ideas, además de poner a disposición de esta causa sus conocimientos para armar mas adelante una página web.
Agradezco también a mi hermano Germán que es quien me dio las direcciones de la Universidad de Quilmes y de Alimentos Sarandí.
A mi tía Keka, que además de donar dinero, me consiguió información muy valiosa. Y sobre todo por el apoyo espiritual que me está dando desde el principio.
Agradezco a quien tomó conciencia que la lucha contra la desigualdad es durísima pero no imposible. Y a todos los que se interesaron haciendome preguntas y participando.

miércoles, julio 09, 2003

Actualmente estamos solicitando ayuda de cualquier tipo, en especial alimenticia.
El cuerpo humano requiere de distintos grupos de alimentos: hidratos de carbono, proteínas, grasas.
En los casos de desnutrición severa, es importante el equilibrio. Generalmente se tiende a mandar alimentos ricos en hidratos de carbono pero pobres en proteínas.
Si bien es dificil que desde lejos lleguen proteínas de origen animal, alimentos tales como lentejas (legumbres en general), harina de soja, etc... son muy ricas en proteínas.
Y, sobre todo, leche. La leche es la diferencia entre la salud y la enfermedad. Entre la vida y la muerte.
En el artículo de Página 12 hay una dirección para enviar alimentos. Allí está el profesor Néstor Enrique Santillán Maccio, que pudiendose haber quedado en Alemania, donde vivió 25 años, eligió volver para hacer algo por su pueblo.
La situación del profesor Santillán es muy complicada. El mismo se encuentra actualmente sin trabajo. De todos modos, de la adversidad saca fuerzas.
Estamos buscando poder incluír al Centro de Desarrollo Comunitario de Villa Quinteros en la Red Solidaria.
Para eso hace falta trasladar 17 personas desde Villa Quinteros hasta San Miguel de Tucumán para poder obtener la personería jurídica.
A aquella personas que les interese colaborar, pueden enviar alimentos allá. O contactarse conmigo al 4307-6196 o al celular 011-15-4424-1925 y yo me ocupo de ir a buscar la donación y mandarla.
Los aportes que se hagan en dinero en efectivo, van a ser publicados en este medio. Como así tambien el destino de los mismos.
Si alguien quiere comprar alimentos por su cuenta para enviar, les sugiero dos direcciones:
http://www.supersopa.unq.edu.ar/supersopa.htm
Esta dirección conduce a un emprendimiento de la Universidad de Quilmes.
Y la otra es:
http://www.alimentosdeargentina.org/index.html
Ambas iniciativas van en la dirección de lo que estamos buscando.
Además de envíos de alimentos en general.
El 20 de Mayo de 2002, en el diario Página 12 firmado por Cristian Alarcón, salió un artículo que debería cambiar la vida de los argentinos:
La foto de Talía Rocío Manrique en estado de desnutrición grado 3, impactó en nuestra sociedad de una manera tal que nos debería marcar un antes y un despues en nuestra República.
Transcribo el artículo:

DESNUTRICION INFANTIL EXTREMA EN VILLA QUINTEROS, SUR DE TUCUMAN
Los chicos del país del hambre Dalía Rocío es apenas el peor caso de desnutrición infantil en una zona de Tucumán donde esa calamidad creció más del 600 por ciento en lo que va del año. La combinación de inflación, desempleo y falta de recursos alimentarios está arrasando a familias enteras. Una grave denuncia de la asamblea local.
Dalía Rocío hace dos meses, cuando tenía 17 y pesaba apenas 5600 gramos, en vez de 11 kilos.


Por Cristian Alarcón
Notas Relacionadas
Cómo ayudar
“No quedó ni para el mate”

El cuerpo biáfrico de Dalía Rocío Manrique, una niña que en marzo tenía 1 año y 5 meses y pesaba sólo 5600 gramos, retrata la indignidad a la que llega la pobreza en la Argentina. En la misma zona de Tucumán en la que esta semana Eduardo Duhalde reinauguró la fábrica Alpargatas, la desnutrición ha hecho estragos en los chicos durante los últimos cinco meses. La calamidad llega a números siniestros en el pueblo de Villa Quinteros, donde según el último registro del Centro de Atención Primaria local, de 32 chicos de entre 2 y 6 años desnutridos en diciembre se pasó a 204: un aumento del 637 por ciento en lo que va del año. El cuerpo de Dalía, compensado después de cuidados intensivos en un hospital zonal, es utilizado en una foto que pretende sensibilizar a las comunidades eclesiásticas y ONG de Buenos Aires por la Asamblea Popular de Villa Quinteros, que ya no cree en el Estado para frenar el flagelo. En Quinteros no hay un solo plan social en funcionamiento. En la escuela Tambor de Tacuarí los niños no reciben ni mate cocido. En el dispensario la enfermera Estela Ledesma se angustia al repartir lo que no hay: “Cuando mandan llegan 400 cajas, pero necesitamos el doble, entonces uno ve cuánto pesa la criaturita y aunque duela se la tiene que negar a los que están un poquito mejor, para darle a los otros”.
La foto de Dalía Rocío está pegada en algunas iglesias de la Capital y el Gran Buenos Aires. La ha pegado junto al pedido de comida y ropa uno de los miembros de la Asamblea Popular del pueblo, el profesor Néstor Santillán, que viajó con la idea de que si no lo hacía, el Estado tucumano jamás paliaría la situación de los hambrientos. Santillán conectó a este diario con Carlos Quira, el hombre que prende y apaga las luces callejeras de Villa Quinteros, quien llevó al cronista a las casas de las madres con niños desnutridos. Página/12 ubicó luego a Estela Ledesma y al médico Mario Martínez, a cargo del Centro de Atención Primaria. Fueron ellos quienes confirmaron la denuncia de la Asamblea: si bien no todos los casos son de la gravedad del de Dalía Rocío, el progresivo y acelerado aumento de la desnutrición habla de una pauperización que ha llegado a convertir el hambre y el deterioro de los chicos en el signo más cotidiano de Quinteros.
“No quiero llorar, no quiero dar mucha lástima, por eso no me quiero explayar”, le dice una mamá a Página/12 contando cómo combate con la pobreza y los efectos que sobre sus niños causa la desnutrición. “En los chicos se nota en los ojitos, que se les ponen más grandes. En el pelito, que se les pone más duro, como amarillo. Y se les ve el vientre muy infladito, eso se nota mucho.” María Angela Robles, ella sola, intenta criar a sus cuatro niñas. Las más pequeñas son “las mellicitas” que “han estado desnutridas desde que nacieron, siempre con las defensas bajas”. La última ayuda que recibió fue el Plan Trabajar de 115 pesos que cobró en dos oportunidades. María dice que hubo un día en que el tercer pago prometido ya no llegó, que todos los días se han levantado, ella y sus hijas, rogando a Dios que les pagaran por fin. Pero no ocurrió.
María cuenta que a las mellizas les recomendaban un “remedio” para paliar la desnutrición, y una dieta. Nunca pudo conseguir ni lo uno ni lo otro. Nunca tuvo trabajo. Y la leche que suelen dar en el dispensario le ha resultado “una odisea”. Es que las colas se forman ante la salita a las cuatro de la mañana. A veces, corre un rumor por el pueblo: “Dicen que ha llegado la leche”, se siente. Y aunque nadie lo confirme, las madres vuelan a pararse por un kilo que les será entregado a la mañana después de que a sus hijos los pesen.
Ese momento es uno de los más difíciles para quienes trabajan en el CAP. “Aquí es una locura cuando llega la leche porque mandan menos cantidad de lo que tendrían que dar”, cuenta Estela Ledesma, la mujer de piernas hinchadas que trabaja hace 16 años en el dispensario y recorre a duraspenas el pueblo cada mañana intentando controlar los casos más dramáticos.
–¿Cómo hace usted con tan poco?
–Hacemos malabares, les damos un kilo de leche cada dos o tres meses. Según como manden. Ahora no estamos dando, porque no han venido desde febrero. Es duro porque uno tiene que pesarlos y según cómo estén, les corresponde o no recibir una caja. Si están más o menos bien uno se ve obligado a no darle, aunque necesite, porque hay otro que necesita más.
Doña Estela, de 52, sabe que muchas veces la ayuda “no llega adonde tiene que llegar”, conoce de punteros que no reparten todo lo que reciben, de desvíos. La Asamblea Popular ha denunciado ante Chiche Duhalde diferentes maniobras de este tipo. Pero no es que las maniobras hayan sido el motivo de la explosión de la desnutrición en Villa Quinteros. Lo sabe el médico Mario Martínez, empleado del Sistema Provincial de Salud, Siprosa, desde 1987 cuando llegó de Buenos Aires recién recibido a este punto perdido del interior. En aquel entonces todavía había huertas, gallinas, pollos, chanchos en los patios y las afueras de Quinteros. Ya entonces la pobreza era lo único que abundaba, y los únicos empleos que quedaban eran en la comuna o en la cosecha de caña o de limones. “Pero todo esto y los planes sociales ha ido disminuyendo, entonces se ha ido generando un índice de pobreza, que no sabemos si ha llegado al extremo, pero que parece acercarse”, reconoce Martínez.
La carrera del hambre
El médico es uno de los que ha podido percibir los efectos de la miseria creciente, sobre todo en la alimentación por el aumento de la desnutrición durante los últimos cinco meses. “Eran 32 niños desnutridos en diciembre, que fueron creciendo en un promedio de 40 chicos por mes –detalla–. Se lo ve en el consultorio. No hay todavía desnutriciones de tercer grado (como la de Rocío). Pero esto evidencia cómo está evolucionando la situación. Si no hay una campaña nutricional o una ayuda seria esto crecerá y se pasará a la desnutrición de grado 2, que genera secuelas irreversibles.” Martínez reconoce que desde febrero no llega leche y que además de la tardanza “el gobierno hace compras y distribución de acuerdo al mes anterior, y entonces el cálculo es con un mes de atraso”. Para colmo, con la carencia generalizada de recursos que impactó sobre el país en diciembre, la ayuda alimentaria disminuyó. Diciembre fue el último mes en que llegaron 800 cajas de leche. Desde entonces, y con tardanza, sólo 400, cuando mensualmente pasan por el consultorio de Martínez más de 900 niños, la mayoría subalimentados.
–¿Usted qué siente cuando debe negar el alimento?
Martínez permanece unos segundos en silencio.
–Quisiera que esa caja de leche se multiplicara por diez, y quisiera que haya trabajo, quisiera tantas cosas... Uno lo que quiere es que tengan una niñez normal, que tengan futuro, porque cuando el chico se desnutre y pasa por una desnutrición grave esto significa que nunca volverá a ser un chico con todas sus capacidades.
Por lo pronto los trabajadores de la salud intentan, casi a sabiendas de que es inútil con lo que hay, estabilizar a los chicos manteniéndolos en el grado 1 de desnutrición, evitando que pasen al grado 2. Al comienzo se detectan la debilidad y el decaimiento del niño, la “falta de volumen en su constitución”, la disminución del peso, el retraso en el crecimiento. Olguita Quinteros es la subdirectora de la Escuela Tambor de Tacuarí, donde estudian unos 800 chicos. “La pobreza es inmovilizante, inmoviliza a la familia entera. Los niños no son muy estimulados, son chicos que necesitan una atención especial, no han tenido posibilidades, por eso hay reiteradas inasistencias, sufren de problemas pulmonares o bronquiales, a veces no vienen porque no tienen calzado, y se nota mucho el problema en el aprendizaje”, cuenta la docente.
Junto con Dalía Rocío llegaron aquella semana al Hospital Regional de Concepción otros cinco niños con desnutriciones de grado 3, la más severa,que genera daños irreversibles y puede llevar a la muerte por la baja total de las defensas. “La recibimos con cinco kilos 600 al año ocho meses –recuerda el jefe del área de Pediatría, Raúl López–. A esa edad debería pesar entre 11 y 12 kilos. Si el niño antes de los dos años sufre una desnutrición así, tiene secuelas permanentes sobre todo en su coeficiente intelectual. Para sobrevivir ya consumió sus propios músculos, se llama una autofagia. Como las grasas en el cerebro son abundantes, por eso lo va a atacar primero.” Dalía vivió en el límite de la resistencia física.
López, acostumbrado a recibir niños desnutridos, se vio desbordado al tener que atender a chicos llegados de fuera de la zona de influencia del hospital. “Nos llamó la atención que en marzo empezaron a ingresar en estado calamitoso, desnutridos de tercer grado, algo que no era común”, cuenta. Dalía Rocío ya había pasado por otros hospitales, pero no habían podido recuperarla. Llegó con su madre embarazada, su padre desempleado y alcohólico y sus hermanos también subalimentados. “El desnutrido es un pluricarenciado, no sólo de alimento sino de afecto, de cuidado, de cultura, alguien que ha sido rechazado por la sociedad. Por eso nos compete a todos la responsabilidad”, sostiene. Hace diez días en el hospital atendió a una niña de diez años con una desnutrición de grado 2, con un 30 por ciento de déficit nutricional. Criada por unos tíos, no hubo quién se preocupara por ella hasta que su cuerpo mostró los síntomas extremos del hambre. López, puede, sin duda, definir la desnutrición:
“Ausencia de los vínculos, de las oportunidades, de la asistencia, de los nutrientes. Desnutrido podría decirse que es sinónimo de ausencia”

El matutino nos indica tambien la manera de ayudar:


Cómo ayudar


Nota Madre

Los chicos del país del hambre


La Asamblea Popular de Villa Quinteros organiza una Olla Popular para tratar de frenar el crecimiento de la desnutrición en el pueblo de Villa Quinteros, de cinco mil habitantes, al sur de la capital tucumana. Bajo el lema “Salvemos nuestro futuro: salvemos a los niños”, solicitan ayuda que puede ser enviada con un cartel visible que diga “Olla Popular de Villa Quinteros. Profesor Enrique Santillán. Avenida Libertador S/N. Villa Quinteros, Tucumán”.
Para el envío ofreció sus servicios de transporte gratuitos la empresa La Sevillanita, que recibe donaciones en su sede de la calle Herminio Masantonio 2937, ex Grito de Asencio. Teléfono para consultas: 0381-156-094412.


martes, julio 08, 2003

En Villa Quinteros, provincia de Tucumán, la desnutrición infantil se multiplicó en un año de 32 casos a mas de 200.
El futuro está en juego.
En nuestra querida Argentina, donde la solidaridad es una de las pocos cosas valiosas que crecen, no podemos permanecer indiferentes.
Mi nombre es Rodolfo Speicher Mujica, tengo 49 años, soy casado y tengo tres hijos y junto con el arquitecto Julio Eduardo Centeno, estamos buscando voluntades, aportes, ideas, oraciones para ayudar a la gente de Villa Quinteros. Espero que pronto seamos muchos mas.
Mi e-mail es: uritorco@ciudad.com.ar
Esta página está dedicada a juntar voluntades para combatir el Hambre. Particularmente el Hambre de nuestros niños. Y, especialmente el Hambre en los lugares mas pobres, como Villa Quinteros, provincia de Tucumán, Argentina.